Cuando emprendemos y más cuando lo hacemos cual «llanero solitario», nos encontramos/ponemos palos en las ruedas. Nos formulamos un montón de preguntas y parece que cuando resolvemos una, abrimos paso a cuatro más. Es una rueda que parece nunca acabar y muchas veces nos estancamos.
Por suerte, siempre conocemos a personas que han pasado por ello y, aunque no sea el mismo caso ni sector, nos pueden aconsejar y dar su versión.
Hace unos meses mi amigo Joaquín Lázaro me propuso entrar a formar parte de un grupo profesional con un nombre que me trasladaba a la infancia: Mastermind. Esa idea surgió de una práctica que él había hecho en el Máster de emprendedores.
El grupo fue integrado por cinco profesionales; todos nosotros con perfiles distintos, edades diferentes y recorridos multidisciplinares. Compartíamos los mismos objetivos: hablar el mismo lenguaje, expresar nuestras inquietudes, abrirnos y escuchar a todos los integrantes aportando lo mejor de nosotros mismos.
En nuestro caso, las reuniones Mastermind consisten en encontrarnos una vez al mes. Cada uno de nosotros tenemos 10 minutos para exponer la situación actual de nuestro proyecto. Explicar las problemáticas que nos encontramos pidiendo consejo y opinión a nuestros compañeros. Además, también existe el compromiso de acciones a realizar y comentar en la siguiente reunión, lo que hará un poco de presión a la procrastinación que todos sufrimos.
El proceso de emprendimiento ya es difícil de por sí, desarrollar un buen plan de negocio y que sea viable es el primer estadio, pero la verdad se pone sobre la mesa cuando empezamos a aplicarlo.
A veces nos perdemos en ideas que se quedan en forma de bucle y que nuestros amigos o familiares no pueden ni aportar un punto de vista objetivo o quizás no dominan la materia para darnos un consejo de valor. En cambio, plantearlas a un grupo profesional de confianza nos puede ayudar a tener un punto de vista externo que deshaga algunos nudos y renovemos energías. Compartir y verbalizar siempre ayuda a desatascar y evolucionar.
Ya que hablo del tema, quiero hacer referencia a mi grupo de masterminders. Los integrantes del grupo me han aportado muchísimo durante estos últimos meses en los que he tenido que tomar decisiones complicadas para mí y direccionar algunos aspectos profesionales. Son unos grandes profesionales y les estoy enormemente agradecida por aportar tanto valor, entusiasmo y altruismo. Gracias chicos.
Recomiendo a todo emprendedor; tenga o no empresa fundada, socios o equipo, a que cree su grupo de Mastermind 🙂
Imagen Mastermind ®IrisRoch